Tras de sí quedaron las malas mañanas, las noches de insomnio, te estarás preguntando donde estoy ausente, porque ya solo vivo presente en un continuo olvido, desencajados tengo los sentimientos, en plena dispersión de mi misma que ni me quedé, ni me fui y mucho menos vengo de regreso.
-¿Cuándo vuelves a escribir?,- me dijo como si alguna vez le hubiese importando si se escribir alguna frase que su intelecto le permitiera interpretar, demostradas ocasiones evidencié que era una batalla perdida- ¿ya no te interesa hacerlo?...
Tome todo el aire que podían caber en mis pulmones, pero justo el que no me atorara la poca falta de autoestima que rigüe ya mi desorbitada existencia, y contesté como dejando que salieran mis palabras como las últimas gotas de un buen vino, las paladeé, las saboreé, me embriagué de ellas, -ya no tengo nada que escribir, vacié todos mi sueños, maté una a una mis ganas de crear, olvidé cada verbo que implique amar algo que no fueses tu… sin realmente saber quien eres y por quien…
